El trabajo en la mar es un trabajo duro, los pescadores, marineros en general, están sometidos a unas condiciones altamente duras y con un alto índice de peligrosidad., en unos lugares mas que en otros, la tecnología los puertos de abrigo y el confort de los grandes pesqueros, si es cierto que algo mejoraron la situación pero aun así en el mar la siniestralidad sigue siendo muy alta, muchas vidas se siguen quedando en el fondo. pues ese es uno de los precios que se pagan por la pesca, por poner los ricos ejemplares en el mostrador de la pescadería.
Ahora imaginémonos como era la pesca artesanal hace un tanto de años, sin esa tecnología, sin esos puertos, sin esos diques de abrigo, bien todavía quedan por la costa europea pequeños núcleos de pescadores que antes de que el sol despierte, arrastran sus embarcaciones por la arena de la playa y con un esfuerzo titánico meten las quillas en el agua iniciando un tira y afloja con las olas hasta que la embarcación comienza a flotar encienden motores y entre salseiro y salseiro que es lo mismo que entre remojón y remojón salen a toda velocidad mar adentro y sin apenas luz de día, después de recoger los aparejos y tras dura jornada de pesca regresan de nuevo a la playa lanzándose en una carrera desenfrenada hasta la arena clavándose en ella dando a varar , desees inmediatamente colocar las zorras que esperaron pacientes en la playa de bajo de las quillas de las embarcaciones y más detrás de las otras lentamente son empujadas para un lugar seguro, seguramente se venden las capturas del día y a descansar hasta el día siguiente para poder repetir la misma faena y seguir escuchando aquello de ¡¡¡QUE CARO VA EL PESCADO!!!