Hoy quisiera que me permitáis tomarme la licencia de dedicar esta entrada a
una pequeña,
extraordinaria, fiel compañera y amiga de cuatro patas,
pequeño tamaño y un enorme corazón que no le cabía en el pecho, que gustaba de
bañarse en la Ría y acompañarme en los paseos matutinos camino de Illa Pancha,.Le
entusiasmaba acompañarme en todas las
salidas, especialmente en las salidas
con el bote y correr por el tesón uno de los pocos lugares en donde corría
libre de ataduras ladrándole al viento que no dejaba de alborotar su largo pelo y disfrutaba escarbando profundos
hoyos en la arena sacado su pequeña nariz rebozada como si fuera una albóndiga.
Durante dieciocho años esta pequeña perra de color negro con
mechones grises me dio todo lo que podía darme y sin pedir ni esperar nada a
cambio, como mucho unas caricias o palmaditas en el lomo que agradecía con
expresión alegre, Cuantas muestras de
cariño y amistad me demostró este
pequeño “animal” a lo largo de su vida , apenas hace una semana que emprendió
ese ultimo e infinito viaje que como
siempre no deja de pillar por
sorpresa por mucho que tratemos
de prepararnos para afrontarlo, dada la edad de esta pequeña compañera que
superaba ampliamente la vida media de
estos animales, yo ya esperaba que esto
podía suceder en cualquier momento como así fue, pero me cuesta trabajo hacerme
a la idea de que ya no pasearemos mas juntos, continuamente la busco con la
mirada y me doy cuenta de que ya no está
, que cierta se hace la letra de esa canción que dice …”Cuando un amigo se va
algo se muere en el alma” aunque el amigo sea como en este caso de origen
canino.
Gracias Reina ,gracias por esos dieciocho años que
compartimos
2 comentarios:
Lo siento, Paxu, y te entiendo perfectamente, hará un mes que me pasó a mi, a nosotros, con nuestro gati, y la verdad se pasa muy mal. Un abrazo.
Preciosa la perrilla, esa melena libre al viento...
Entrañable entrada, no se merecía menos tras 18 años de generosidad canina...
Te abrazo.
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